En el sobrepeso y la obesidad hay aumento de la grasa corporal. Si el aumento de peso es por crecimiento muscular no se considera sobrepeso ni mucho menos obesidad.
La grasa se almacena dentro de unas células que se llaman adipocitos pero en casos extremos también en células del hígado produciendo una enfermedad que se llama hígado graso.
Contrario a lo que la lógica indicaría, sólo una pequeña porción proviene de la grasa que comemos, la mayoría de la grasa almacenada es consecuencia del exceso de carbohidratos (azúcares) que comemos que son transformados en grasas como reserva.
La restricción de grasas en la dieta no asegura disminución de peso puesto que mientras haya carbohidratos en exceso habrá energía para que el cuerpo funcione y las reservas no se mueven. Si el exceso es mucho, se sube de peso.
Para disminuir el peso corporal se deben modificar los hábitos de vida, comer una dieta balanceada que asegure el aporte de nutrientes esenciales. Debe ser baja en grasas saturadas, rica en proteínas, sin azúcares simples o refinados y con una adecuada cantidad de fibra. Además, se debe aumentar la actividad física. La OMS recomienda 150 minutos semanales de ejercicio.