Fructosa, el azúcar para diabéticos

La fructosa, que es el azúcar de las frutas y la miel, se adiciona a muchos alimentos. Tiene un sabor muy dulce y la misma cantidad de calorías por gramo que la glucosa, por lo que se usa menor cantidad para endulzar y por consiguiente se consumen menos calorías. Sin embargo, dentro del cuerpo se comporta de una manera diferente, la glucosa entra en las células por acción de la insulina mientras que la fructosa debe ser metabolizada en el hígado. Actualmente se ha encontrado que el consumo exagerado de fructosa produce hígado graso no alcohólico, resistencia a la insulina, diabetes tipo 2, aumento de colesterol, triglicéridos y ácido úrico en sangre e hipertensión arterial.

Por lo tanto, la recomendación es no consumir alimentos a los que se les ha adicionado fructosa. Así que a leer etiquetas, la sorpresa será mayúscula, muchos alimentos que consumimos diariamente están adicionados con fructosa.

Y aprenda que cuando dice jarabe de maíz, siempre debe decir al lado “alto en fructosa”.  Si se lo quiere comer, por lo menos ya sabe que esta comiendo algo que no es tan sano como pensaba.