Esta semana vi un caso muy interesante de una señora a quien atiendo periódicamente desde hace más de 15 años y quien me autorizó para escribir sobre ella.
Hace aproximadamente seis meses empezó a aumentar sus cifras de tensión arterial y los exámenes de laboratorio mostraron aumento del azúcar en sangre, especialmente la hemoglobina glicosilada, que es una prueba que mide como ha estado el azúcar en la sangre en el los últimos tres meses, también su peso se había incrementado y antes siempre había estado estable.
Luego de hablar sobre su alimentación me contó que desde hace unos seis meses había empezado a consumir batidos de frutas y jugos verdes por considerar que es una práctica sana.
Pues no hay tal, en los batidos de frutas se consume azúcar (de la fruta) en cantidades importantes y al estar licuada y disuelta en líquido se absorbe más rápidamente y si además le ponemos lo que manda la moda, miel de abejas o miel de agave, sumamos más azúcar, con el tiempo este exceso va notándose en el aumento de peso y de la medida de la circunferencia abdominal lo que no solamente no es bonito sino que además conlleva un desequilibrio metabólico que incluye elevación de azúcar en sangre, elevación de grasas en sangre, acumulación en las células y daño en los vasos sanguíneos por acumulación de lípidos en sus paredes.
Luego tenemos los jugos verdes, en estos el problema es la cantidad de sodio que contienen naturalmente ciertos alimentos como espinaca, acelga, brócoli y apio entre otras. Nuevamente, aquí el problema es de cantidad. En estos licuados se consumen cantidades superiores a las que normalmente se comería en una ensalada o como verdura cocinada.
Los batidos son solo una moda promovida por los productores de máquinas para hacer extractos y restaurantes. ¡Lo que les interesa es vender sus productos, no tu salud!
No creamos en todo lo que nos dice la pauta publicitaria, debemos ser críticos y estar atentos.
“De eso tan bueno no dan tanto”
“Es tan bueno que parece mentira”
“Eso tan sano me hace daño”
Y muchos otros dichos populares son aplicables.
Hoy, seis días después me ha llamado para contarme que ha bajado 1 kilo de peso, se siente más activa, no amanece con los ojos hinchados ni pesados, duerme mejor y está feliz.